Miraba un larguísimo paisaje
agitada la respiración
aún antes de comenzar.
Aquella espesura furtiva
impresionaba augusta.
Fuente, médanos y espinos,
alambradas de madreselva,
la esperaban en cada sueño.
Se presagian instantes duros, pensó
ascenso lento,
soledad contenida.
Pero arriba en el borde,
una recompensa en sus pupilas
de vidrio azul...
el cielo protector.
Ali Avila©
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