PORQUE ME PARECE HERMOSA?
La Venus de Willendorf plantea una exquisita interrogante sobre el concepto de belleza. Su alusión a la diosa de la mitología clásica no tiene más relación que la de emparentarla con una divinidad femenina de referencia universal, pero no alude a un concepto estricto de belleza clásica. Esto es, la proporción entre el todo y las partes del cuerpo, así como una figuración que busca la simetría en el cuerpo y la perfección anatómica.
Esta Venus gordita y desproporcionada en muchas partes de su figura no cumpliría con estos cánones, pero es que el concepto de belleza clásica no debe de ser el único al que le demos validez. Hay muchas otras formas de entender la belleza.
Esta no estaría vinculada a un concepto estricto de la estética, sino a otros como la salud por ejemplo. La gordura sería para el hombre prehistórico sinónimo de alimentación y de fortaleza. Y también estaría asociada al de maternidad, porque toda mujer capaz de procrear tenía un don preciado para la comunidad que todos admirarían.
Desde el S. XVIII empieza a sustituirse el concepto de belleza IDEAL por el de belleza SENSIBLE.
El concepto platónico de belleza que ha de reflejar valores supremos como el bien o la verdad, se sustituye por una belleza sensible que otorga valor de belleza también a los objetos y al que no se llega con la razón, sino simplemente con los sentidos.
Este es el concepto de la estética que prima en la actualidad.
Tal vez por eso nos cuesta ver la belleza más allá de los cauces que nos brinda la mirada o el tacto, porque la nuestra es una belleza casi exclusivamente sensible, pero incluso así "mi Venus" es igualmente bella en su imponente volumetría, en su simplificación formal y en la misma abstracción de sus formas.
La belleza real, es en su valor como representación de la belleza ideal algo inmensamente valioso para cualquier época:
el concepto de madre y mujer por encima del resto de consideraciones.
No tienes razón. La belleza no está en las mujeres gordas que pululan por el supermercado, llenas de grasa y vestidos ceñidos que marcan sus lorzas.
ResponderEliminarQue asco. Es que no saben mantener la boca cerrada?
Hombreeeee, pero si Ud. debe ser mi "amigo", el gruñón.
EliminarMe encanta que venga a leerme y que disfrute con la lectura para luego enviarme estos comentarios anónimos tan bonitos.
Con su actitud me da publicidad. Hace que mis entradas se lean más. Se ha dado cuenta? jajajajaja.
El día que sea Ud. valiente y me diga quien es ... ese día hacemos una fiesta en su honor en el blog y le haré una entradita digna de su talante.
Ciertamente el supermercado es el sitio idóneo para descubrir la belleza femenina. Cada vez que veo unos vaqueros andantes vacios, arrugados, sin culo, con una camiseta de la que salen unos brazos famélicos y una cabecita esperpéntica, pienso que ese es el ideal canón moderno de belleza y estética femeninas. Y no las macizas y rollizas mujeres que encontramos en los supermercados, playas, piscinas, salas, discotecas, conciertos, museos, en la misma calle...que con sus estupendas delanteras y golosos traseros nos hacen marearnos y con sus curvas y movimientos nos roban la mirada, y nos entran ganas de preguntarlas, sobre todo en los supermercados: qué comes rica para estar tan jamona?
ResponderEliminarViva la Venus de Willendorf y el matriarcado!
Vaya, un hombre de los de antes.
EliminarNo se su edad pero desde luego tiene Ud. un pensamiento poco acorde con los tiempos que corren. Las mujeres se han dejado seducir por las tallas mini y las modelos anoréxicas de pasarela. Las que quedamos redonditas estamos marginadas y somos miradas con recelo.
Gracias por su amable comentario y ... que viva la Venus de Willendorf!! jajajaja.