Mirando tus ojos intensos, oscuros
tu sonrisa libre,
tus besos robados,
palidezco de amor...
al fin comprendo que somos ángeles.
Se aquieta mi palabra con la tuya
alegre, habitada
llena de brillos de existencia alada.
Labios que beso al aire
en tenaz y blonda súplica
quemando mi boca cálida.
Un suspiro y despierto
helada y febril
soñando aún y sin destino en el cielo
sorprendiendo mi pálida vida.
Tu vida ...
mi beso...
para quebrar tu alma torturada,
tu pecho desnudo
mis azules de mar
nuestras alas
sonríen dolientes cuando la luz les alcanza.
Tu reposo consciente, al fin,
sedoso abrazo de besos desnudos
persistirá en mi vida...
para siempre.
Ali Avila©
Eres un ángel, no lo he dudado jamás.
ResponderEliminarTu poema es dulce y lleno de tristeza. No se si debería darte más alas. No me gusta leerte triste.