llega sonriente, sonriendo.
Se acerca con paso alegre,
su mirada me habla a lo lejos.
Le espero con la cabeza ladeada,
apenas consciente de ello.
Instintivamente humedezco mis labios
preparándolos para los suyos.
Pienso en mirarle mientras me besa,
porque deseo contemplarle así, mío,
pero los cierro al tiempo que mi boca le siente.
Ese contacto me sobrecoge.
Apenas un leve roce,
sus labios contra los míos
y mi corazón comienza a latir
como el de una corza salvaje.
Así siento yo sus besos.
Un momento,
un instante,
toda la eternidad encerrada en ellos.
Ali Avila©
Ben Groebli. |
¿Así sientes los besos? ¿El hombre que tiene la suerte de sentir tus labios lo sabe? ¿Lee lo que escribes?
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