La pena de la soledad abre la boca
y trata de tragarles sin piedad.
Ellos permiten ser devorados
morosa, complacidamente,
estrechando el bulto vivo,
reconociéndose alma perseguida.
Abandonándose engolfados a la tristeza.
¿Dónde se encuentra su amor?
¿Dónde su equilibrio?
¿Acaso comen sombras?
Ali Avila©
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