No hay nadie aquí,
sólo el tiempo
sacudiéndose los recuerdos
como viejas sombras.
Las marcas que un día
tu cuerpo dejó sobre el mío.
El silencio sonoro
de las notas de un perfume.
Un cajón ordenado
con mis suaves y delicadas prendas.
Un beso de amor
que quedó huérfano en mis labios.
Dulce Penélope...
La luz de una lámpara
en la que revolotean motas de polvo
como alas de seda
cada vez que te suspiro.
Ali Avila©
Soledad compartida, suspiros compartidos.
ResponderEliminarSean quienes sean las personas que escriben los anónimos por favor, identifíquense porque no es agradable leer ciertos comentarios y no poder responder como se merecen.
EliminarParece q hay mucha química por aquí,no os apetecería conoceros??
ResponderEliminarClaro, y a ti también.
EliminarSiendo anónimo....y más cuando respondes en este blog,será por algo..
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