La tímida luz de una lámpara
acoge mis agonizantes noches
en las que la distancia se hace más y más densa,
sin dar respuesta a mi febril desconsuelo.
El universo parece vaciarse a mis pies
la ausencia diluida en la nada
las palabras y los gestos,
petrificados en esta larga desesperación.
Vivo en las tinieblas,
inútil subsistencia ante el fracaso
en un eterno viajar a los límites
de una vergüenza arraigada y estéril.
Todo me acerca a esta muerte marchita,
entre telarañas de recuerdos
y el miedo a no ser
atando con lazos invisibles mi sonrisa
al llanto de sangre y decepción.
Ali Avila©
Negra pena, reina. ¿Donde está tu sonrisa? Espero leer pronto que tu pena pasa y se va.
ResponderEliminarMuchas gracias. :)
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