El aire inquieto de su vida
está presente sobre la mirada desnuda,
sintiendo velado su cuerpo distante.
Su azul de primavera
se adivina en la piel
y levemente espejea, inquieto,
pronunciando silencioso su envío.
Vibrando de estremecida espera
ella, blanca e ingrávida
se deshace en muda dicha.
Esperando sentir el fuego de vida
la mano extendida en cálida luz,
el beso ardiente e invicto,
la ladra del corzo elegido desde la espesura.
¡Ámala presto!
su azul te espera.
Ali Avila©
ÁMALA, NO LO DILATES PUES TE ANHELA.
ResponderEliminarILDUARA
Ella ciertamente lo anhela.
EliminarGracias por tu sensibilidad, Ilduara.