y por un instante la vida se detiene.
Venzo el lacónico vacío
entre mis lápices
y construyo rasgos alegres,
esperanzados.
Sigue llorando abril,
pero yo ya no lloro,
como una amazona persa
quemo mi pecho
por la libertad.
Ali Avila©
Amazona herida. Fidias |
He llegado casualmente hasta aquí y tu poema me ha conmovido. Es hermoso.
ResponderEliminarDémosle entonces gracias al destino que te ha traído hasta aquí. Muchas gracias a ti también por expresar abiertamente tu sentimiento hacia mi poema. Un afectuoso saludo para ti, Ana.
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