Y en medio de la noche
y sus fríos fantasmas de silenciosas sombras,
se aleja del alma todo rastro de tristeza.
Al fin despunta el alba
y con él, LA VIDA,
inmensa, plena, poderosa;
como escualos batiéndose marítimos
en el océano de mi alegría.
Feliz por despertar,
ocupada por mi propio existir
anclada al mundo por dulces raíces de ternura.
y un hilo rojo del destino
fuerza y motor de mi infinito amor.
El mundo seguirá girando
y él, conmigo,
aviador, estrella, guía, solaz y puerto
del resto de mi existencia.
No me extraña que seas el sueño de alguien. Lo eres de muchos, yo el segundo. El primero parece tener un sitio privilegiado...
ResponderEliminarFeliz fin de semana, hada de las palabras.