Mis ojos grises de lluvia
henchidos de frenesí
fijaron su dardo de amor
en tu ávida mirada.
Bebí de tu fuente de vida
y mis labios comulgaron con tu ser.
Nunca tu calor fue tan ardiente
ni tus ojos más ferozmente dulces.
Juntos fuimos uno
y navegamos entre besos y sueños
hacia un destino ignoto y desconocido.
Esa magia creada entre nosotros,
eclipse y luz de mi efímera existencia
jamás se apagará en mi amante corazón.
Ali Avila©
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