Cada día te voy a sonreír
y en la noche eternamente cóncava de mis sueños
tu sinuoso recuerdo perdurará titilante
en un firmamento de briosas estrellas.
Cada día te voy a sonreír
e imaginaré ese beso de tacto suavísimo
que como un sordo rumor de alas
nos fundirá amantes
en un velado y crepuscular secreto.
Cada día te voy a sonreír
mi hermoso y platónico enamorado,
y soñaré cambiar el calmo mar
por un inmenso océano alizarino
para poseer al fin de ti
la trémula luz que galopa en tu cómplice mirada.
Ali Avila©
No hay comentarios:
Publicar un comentario