Su voz,
como un inmenso río de ternura
recitaba tumultuosa y conmovida
como el puro azul.
De noche,
cada uno cuidaba de su vida,
y la compartían en secreto
y su calor endulzaba el aire.
Pero esa boca segura
quebró la voz
y ya no hubo palabra
ni ruido
ni noche
ni río
ni azul.
Ali Avila©
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