Sol que acaricia mis horas
poderoso y devastador torrente.
Me rinde a un amor sutilísimo
de invisibles lazos de luz.
En mi trazado de vida
abierto mi corazón al aire,
te espero.
El alma salvajemente domesticada,
sobre un mar de tintes marengo,
mis sueños,
cristalinos e intactos
y mi tibio deseo
enloquecido en tu presencia.
Ali Ávila ©
Mi sol |
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