viernes, 25 de septiembre de 2015

FUI

Fui la roca espejada,
sol en tus días grises,
espíritu alado de un anillo gastado
de so nrisa raya da,
salitre curativo en tu herida.

Una mirada menuda
cubo de arena en la playa.
Ola de espuma de ligeros sueños
onda de nácar desconocida
préstamo sumiso de largo amarillo.

Y tu,
bárbaro límpido de caminos marcados
plantón de preceptos y enojos
animal metafísico de paso
por el mundo de mujeres cálidas.

Sangrador de mares
anhelante luz de libertad
salvaje cósmico de dudas azules
hombre de ojos de noche
pajarero de nubes sin red.

Dormidas en mi memoria
yacen ya las hebras de un hilo
sangrante y humillado,
eterno sabor a fracaso y silencio.
Ali Avila©

2 comentarios:

  1. La descripción de “él” es maravillosa. Se nota la calidez, se nota mucho…
    Creo que Penélope debe tejer ahora un abrigo para ella, porque ha dejado todo su calor en ese Ulises naufragado.

    (Por cierto, me gusta el dibujo de la entrada de arriba, sé que es tuyo, me parece haber visto otros antes. Me gustan)

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    1. Tienes razón, Penélope debe tejer su propio abrigo. Es una época perfecta para ello el otoño. No hay nada mejor que el calor que uno se procura. El de otros ... te puede dejar helado.

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