Arráncame, noche oscura,
las ropas, las dudas,
abandona tus miedos disfrazados de cordura,
abraza el placer del amor que arde en tu sangre
haz de tu pecho extenso mi flamígera almohada.
Rodéame, noche incierta,
tendida en la palpitante penumbra
ascendiendo levemente desde el fondo de mi cuerpo
crepitando como lumbre de hoguera.
Tócame, noche hermosa
mis labios sedosos, tibios,
tiernamente complacidos
que se saben llenos de dulce vida.
Penétrame, noche cálida,
mis sonrisas, mis viejos temores.
ciega mis ojos con tu brisa lúcida,
tu boca, pura, recinto de mis fuegos
piel que adoran mis dedos amantes,
mirada que encendida, grita al fin mi nombre.
Ali Avila©
Un poema lleno de sentimientos, de sedosa violencia. Buena factura. Me gusta.
ResponderEliminarQue bonito suena!! :) Muchas gracias.
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