Sueños de jardín prohibido.
Penetra sus ojos pardos
enredada en blancas
y ajenas sábanas
por otros amores consumidas.
Abrazos de coima seducida.
Respira un instante
el dulce deseo
en piel de amante entregada
convidada a un baile
de afectada melodía.
Solitaria noche de verano.
Sueñan sus leves manos
perderse en cabello de sienes tersas
y pensamientos encarcelados.
Muere de amor
Inerme Penélope silente.
Ali Avila©
Sally Mann - Platinum |
Suena a pura resignación, querida Penélope. ¿O debería decir Ofelia?
ResponderEliminarNi la una ni la otra.
Nada es permanente, sólo algunas pocas cosas nunca cambian, las personas y las circunstancias sí lo hacen.
Y después de todo, como dijo Calderón, la vida es sueño, y los jardines prohibidos pueden perder su ensoñado encanto con la cotidianeidad. No hay que desesperar y poder seguir respirando esos instantes de dulce deseo muchas veces.
Muchas gracias por tus preciosos poemas.
A veces los instantes disfrutados son pura droga y cuando pasan generan más deseo aún. Más adicción si cabe. No hay desespero, ni resignación. Solo es puro amor, mi preocupado cónsul.
EliminarLe agradezco con sinceridad sus palabras de ánimo querido Julio César. Ya sabe Ud, que lo raro es llegar, ver y vencer. Más bien es fruto de la casualidad o tal vez la causalidad de la vida que se manifiesta entroncada con el lazo rojo del destino... quien sabe en cualquier caso. Tal vez el aleteo de la mariposa que fluye en mi sea la culpable de mi interna y privada teoría del caos.
Muchas gracias otra vez por sus palabras...
aún resuenan en mi.