viernes, 30 de mayo de 2014

Penélope en la mirada.

Vivir la quedaba grande,
lo sabía.
Olvidó que la vida se precipitaba a su alrededor.

Fueron los ojos de él, 
el de otra,
el de ella, 
el que había sido, 
el que aún era,
y aquellas miradas,  sus miradas,
las únicas del mundo que pudieron alcanzarla. 


Sólo las manos de él
 de quien ella había sido soy tuya
conocían la certeza de su piel
el secreto, 
la vida sin vida
aguardando en un rincón el milagro del mar azul.

Hermosa libertad entregada sin rescate
pecado sin culpa,
mancha sin yerro,
virtud negada
broche a una esperanza por ella soñada...


... y perdida.
Ali Avila©




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